Pedro: Hola Paula, habla Pedro, el chico del auto…
Paula: Ay decime cuanto te sale el arreglo, yo te mando la
plata a tu casa, o voy yo, como vos quieras.
Pedro: No te hagas problema, no te llamaba por eso…
Paula: Entonces porque me llamas?
Pedro: Me sentí mal por tratarte así, fue un impulso, estoy
en deuda con vos, querés venir a cenar a casa?
Paula: Hoy? Bueno, dale, acepto tu invitación.
Pedro: Te espero a las 9, queda en Sarmiento al 5524. Piso
8, dpto A.
Paula: Bueno, allá voy a estar.
Paula estaba nerviosa. Sabía que algo le pasaba con Pedro,
sentía que le gustaba, y no dudo en arreglarse. Se puso la ropa nueva que había
comprado días atrás y llamó a su amiga Zaira, que no lo podía creer, y
estuvieron hablando toda la tarde.
PM; 21hs.
Tocan la puerta en el departamento de Pedro. Era Paula…
Pedro: Hola, vení pasa… ponete cómoda.
Paula: Gracias por todo de enserio.
Estuvieron hablando alrededor de dos horas, cenaron y se sentaron
en el sillón…
Paula: Pedro te puedo decir algo?
Pedro: Si decime linda.
Paula: Siento que me pasan cosas con vos. Nunca sentí algo
así, desde que te bajaste el auto sentí algo especial… No se como explicarlo.